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BOLETÍN INFORMATIVO. Consejo de Facultad, martes 9 de julio de 2013
Conflicto universitario: consolidando un movimiento nacional de defensa de las universidades
A casi mes y medio del cese de actividades en la UCV, y al inicio de una semana decisiva en la lucha de los universitarios venezolanos en la defensa de la autonomía, el presupuesto necesario para lograr la excelencia académica, el salario y los beneficios sociales que garanticen al profesorado una vida digna, servicios y beneficios para el estudiantado, el reconocimiento a FAPUV como legítimo representante del gremio profesoral y el cese de la violencia contra nuestras universidades; es indispensable que nos detengamos por un momento a revisar lo que hemos logrado con este conflicto y las razones por las cuales hemos alcanzado tales logros.
El momento clave en esta lucha fue la concreción de la unidad de los universitarios, luego de un zigzagueo inicial en el que, además del titubeo de algunas universidades (USB, UCV, ULA y LUZ) a la hora de sumarse al cese de actividades acordado por FAPUV, parecía haber contradicciones entre el gremio de profesores y el movimiento estudiantil. Unidos y, por consiguiente, fuertes, los universitarios hemos sido capaces de enfrentar con éxito lo que en un primer momento muchos vieron como el asalto final a nuestras casas de estudio.
Tal unidad ha permitido consolidar una organización a través de la creación y el activo funcionamiento de comités de conflicto en Escuelas y Facultades en los que, estudiantes y profesores han mantenido vivas sus respectivas comunidades, tanto dentro de los propios recintos universitarios como en las calles, con eventos culturales y académicos, asambleas, movilizaciones y acciones de calle. Este despliegue a escala nacional, unido a una política informativa que combina los medios tradicionales de comunicación social (prensa, radio, televisión) con las redes sociales (Twitter, Facebook), nos ha permitido no sólo ganar la batalla en el campo de la opinión pública sino conquistar el apoyo de diversos sectores de la sociedad, como las universidades privadas, los partidos políticos, la iglesia, los gremios profesionales, los sindicatos, las Academias Nacionales, etcétera. Este despliegue también ha permitido que la crisis universitaria y nuestros justos reclamos en defensa de la autonomía y la excelencia académica hayan tenido repercusión en el ámbito internacional.
Unidad, organización, apoyos y repercusión que se han traducido en los siguientes logros:
- Retiro de las cláusulas de carácter ideológico presentes en el proyecto de la I Convención Colectiva Única. Recordemos que estas cláusulas, en la mayoría de los casos, estaban tomadas de la Ley de Educación Universitaria aprobada por la Asamblea Nacional en diciembre de 2010 y vetada por el presidente Chávez en enero de 2011.
- Reconocimiento, por parte del gobierno, de la FAPUV como representante del profesorado universitario, y su participación, junto con AVERU, las FCU y el MPPEU, en las mesas de diálogo que se instalaron el jueves 11 de julio.
- Aprobación acelerada en la Asamblea Nacional de los créditos adicionales necesarios para el pago de los ajustes salariales, con el correspondiente retroactivo.
- Todo lo anterior como expresión de un repliegue táctico por parte del gobierno, repliegue que evidencia contradicciones internas como las que hemos vivido en esta semana que acaba de finalizar: por una parte, se producen llamados al diálogo y por otro se ejecutan acciones violentas que perjudican el acercamiento entre los universitarios y el gobierno; por otra parte, los diputados oficialistas parecen acercarse a los sectores involucrados en el conflicto, mientras que algunos viceministros actúan en forma contraria.
- Finalmente, la consolidación de un movimiento nacional para la defensa de las universidades, que podría constituir un importante hito en las luchas sociales y laborales en Venezuela.
¿Son estos logros suficientes? ¿Podemos decir que hemos conquistado todo lo que inicialmente nos planteamos al iniciar este conflicto? Es evidente que no. La ICCU mantiene su carácter inconstitucional, pues no sólo es contraria a la progresividad de los derechos laborales y sociales sino que viola la autonomía universitaria en la mayoría de sus cláusulas, al conceder al MPPEU la condición de patrono de profesores, empleados y obreros universitarios y al prever violaciones al recinto universitario. Las mesas de diálogo podrían ser una táctica del gobierno para ganar tiempo y producir desgaste en los universitarios. El ajuste salarial está muy lejos de satisfacer las necesidades de profesores, empleados y obreros ante las sucesivas devaluaciones de nuestra moneda en lo que va de 2013 y el elevadísimo índice de inflación. No se ha concretado aún el aumento a las providencias estudiantiles. El tema del presupuesto universitario continúa pendiente en la agenda del diálogo.
Tengamos todo esto en mente a la hora de asistir a la asamblea convocada por APUCV para mañana, lunes 15 de julio, a las 9 am, en el Auditorio de la Facultad de Farmacia.
Foro “Autonomía Universitaria y la I Convención Colectiva Única de los Trabajadores Universitarios”
Invitamos a la comunidad de la Facultad de Humanidades y Educación a asistir a este foro organizado por la Escuela de Educación, que contará con la participación de Luis Fuenmayor Toro, Edwin Sambrano, Orlando Albornoz y Manuel Rachadell, moderados por la profesora Nora Ovelar.
Lugar: Auditorio de la Facultad de Humanidades y Educación
Fecha: lunes 15 de julio de 2013.
Hora: 2:30 p.m.
Nuestro blog: https://cambiohumanista.wordpress.com/
Nuestros correos: cambio.humanista@gmail.com
Twitter: @CambioHumanista
Tulio Olmos, tulio.olmos@gmail.com, Twitter @TulioOlmos1
Audy Salcedo, audy.salcedo@gmail.com, Twitter @salcedoa
María Gabriela Colmenares, mgcolmenares@yahoo.com, Twitter @mgcolmenares
Gisela Kozak, gisela.kozak@gmail.com, Twitter @giselakozak
Pedro Alemán, aleph74@yahoo.com, Twitter @palemgui
A un mes del cese de actividades en la UCV: los dilemas de la lucha universitaria
Para nadie es un secreto ni un drama que el conflicto universitario atraviesa uno de sus momentos más difíciles. En primer lugar, y a pesar del esfuerzo y creatividad desplegado por estudiantes y profesores, el ánimo del conflicto comienza a descender porque el tiempo hace su trabajo, porque el gobierno ya anunció su aumento insuficiente y devaluado, y porque se acerca el período vacacional. En segundo lugar porque ya comienzan a aparecer opiniones organizadas que reclaman el regreso a la normalidad y, en tercer lugar, porque como parte de la estrategia del gobierno, oscuros personajes aparecen amenazando y amedrentando a huelguistas, asociaciones, profesores y estudiantes que se mantienen firmes en una actitud de defensa de la autonomía universitaria y del derecho a protestar.
Este panorama de incertidumbre sin duda está siendo aprovechado por el gobierno y sus afiliados para horadar en la consciencia de quienes, a pesar de estar plenamente identificados y resteados con la causa del conflicto, comienzan a sentir el desánimo que producen las campañas mediáticas oficialistas, amén del cansancio que dejan poco más de 30 días de paralización de actividades.
Desde que se inició este conflicto estábamos conscientes de que el gobierno iba a poner toda su maquinaria mediática y violenta al servicio de una campaña para desmovilizar e invisibilizar a los universitarios, con el propósito político de derrotarnos. Con la hidalguía que caracteriza a la universidad autónoma, hemos resistido en todos los escenarios en los que se ha planteado la lucha, asumiendo con coraje y dignidad desde veladas amenazas hasta intentos de criminalización, pasando por cobardes ataques violentos al patrimonio y a las personas.
Un conjunto de fuerzas vivas se disputan el protagonismo y la razón en un país en medio de profundas contradicciones: de un lado está el gobierno intentando estigmatizar toda disidencia y por el otro está una sociedad que apoya la protesta porque siente como suyos los reclamos que hacen los universitarios. Las voces que reclaman el derecho a la educación manifiestan abiertamente su adhesión al modelo político gubernamental, en franca contradicción con los valores y principios universitarios consagrados en la Constitución. Entran en escena seudo sindicalistas que aprueban una convención colectiva que no sólo desfavorece a sus agremiados sino que además establece límites al derecho a huelga desde dentro del movimiento sindical. Estudiantes que, en medio del conflicto, llaman a discutir los problemas de las universidades pero ocultan los grandes problemas del país como el desabastecimiento, la corrupción, la inseguridad, el desempleo o el déficit habitacional.
La estrategia está clara: el gobierno parece decidido a tomar por los medios que sean necesarios las universidades, puesto que son definitivamente el último bastión institucional en la sociedad para discutir y disentir. El dilema al que nos enfrentamos los universitarios es, precisamente, si ante tal arremetida oficial nos dejaremos vencer por la fuerza de quienes no tienen la razón, o si defenderemos hasta el cansancio y el agotamiento los principios y valores que han determinado la razón de ser de las universidades.
En cualquier caso, la respuesta que se dé tiene que ser el resultado de una concertación entre estudiantes y profesores en la que participen la mayoría de los actores que hacen vida democrática en la universidad y en la que se garantice un debate sosegado y extenso, que le muestre al comunidad y al país que no estamos dispuestos a dejarnos chantajear por el argumento inmediatista y miope que empeña el futuro de las universidades por mendrugos, con lo que queda en evidencia la poca importancia que este gobierno le da a la verdadera participación democrática de quienes hacemos hasta lo imposible por seguir generando conocimiento en ambientes de trabajo y estudio libres, democráticos, plurales y de excelencia.
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Cambio Humanista. Representación profesoral FHE-UCV 